Leonardo Sbaraglia: “Pude darle a Almodóvar lo que buscaba”

Entrevista exclusiva

Vía telefónica

Aún cuando se trata de uno de los actores argentinos más cotizados de los últimos años, Leonardo Sbaraglia tenía una cuenta pendiente en su carrera: trabajar con el afamado director español Pedro Almodóvar.

Este deseo se hizo realidad con Dolor y Gloria, la más reciente y celebrada película del realizador ibérico y donde Sbaraglia encarna a Federico, un antiguo amor de Salvador Mallo, el protagonista encarnado por Antonio Banderas.

En una entrevista de 2011 dijiste “confío que algún día Almodóvar llame a mi puerta”. ¿Se dio así o qué serie de eventos afortunados llevaron a que participes en Dolor y Gloria?

Siempre que me preguntaban con qué director me gustaría trabajar me salía la idea de Almodóvar porque me gusta su cine. Hace muchos años, conversé con él para un papel en La Mala Educación, luego cuando hizo Hable con ella, es decir ya nos habíamos acercado. Su productora El Deseo hizo Relatos Salvajes en Argentina y eso nos acercó nuevamente cuando estuvimos en Cannes. Es decir, hemos estado relativamente cerca en años recientes y para mí buena suerte, él buscó mucho este personaje en Dolor y Gloria pues era importante para él, porque en pocas escenas hay que contar algo muy concreto, preciso y transmitir mucha ternura y amor. Por suerte, pude darle lo que quería, y lo vio en mí luego de probar entre muchos actores. Fue una gran alegría.

¿Tuviste que pasar el mismo procedimiento de casting regular como en cualquier película o para Dolor y Gloria bastó la conversación que tuviste con Almodóvar?

Él estaba buscando el personaje entre actores españoles hasta que su productora me envió un mail diciéndome que Almodóvar aún no encontraba lo que quería y que Pedro quería verme y que podrían reescribir el personaje para decir que viajó a Argentina. Me pidió no me haga ilusiones, pero me pidieron que vaya inmediatamente y me dieron el guion. A las horas que bajé del avión nos encontramos en casa de Pedro, ya me lo tenía aprendido de memoria, y revisamos las escenas un par de veces, ahí nos dimos cuenta que aquello que estaba buscando yo se lo podía dar. Terminamos y me dijo “no debo pensarlo más”, y apenas lo hizo me hice un regalo para festejar de lo feliz que estaba.

Federico, tu personaje, es clave en la vida de Salvador (Antonio Banderas), de su pasado y luego marca un quiebre en la historia. ¿Bajo qué premisa lo encaraste para que no sea solo accesorio al personaje de Banderas sino además tuviera vida propia?

Las escenas estaban escritas con mucho peso específico, mucho cuerpo. A Federico se le viene anunciando desde que en una obra hacen un monólogo sobre un Marcelo y te das cuenta estamos ante un personaje debajo de otro personaje, donde se habla de un gran amor perdido por las drogas, todo narrado por un actor que se va apropiando de su historia. Por estos juegos del destino Federico ve que este Marcelo de la obra es él y así propicia este reencuentro entre Salvador y Federico, y a la vez volver a ver la luz y se da este quiebre en el que se pasa de la oscuridad a la luz, del dolor a la creatividad. Las escenas estaban muy bien escritas, muy claras y se logró darle al personaje mucha emoción y humanidad.

Aún en sus películas menos celebradas, Almodóvar siempre se ha caracterizado por la gran calidad de actuaciones que consigue. Ya en el set, ¿cuál es su proceso? ¿es de los que da libertad al actor o es más bien obsesivo con lo que ha escrito?

Tiene de ambas. En mi caso le funcionaba lo que estaba haciendo y no tuvo que meter mucha mano, salvo algunos momentos, palabras o pausas, pero en general las escenas para mí estaban muy claras por eso salieron así, como un hálito. Pero tengo entendido que en otras experiencias ha sido muy riguroso con lo que quiere, preciso con lo que va buscando. En este caso, conmigo al menos, funcionó más fácil… tampoco fácil (risas) porque me rompí el alma, pero salió lo que tenía que salir.

Cuando viste Dolor y Gloria finalizada. ¿Descubriste algo en el personaje que no se te hizo tan obvio mientras filmabas?

Sí, vi la importancia del personaje que, si bien lo intuía desde el rodaje, pero sí en la película queda mucho más claro que parte del alma de la historia está en Federico que, aunque aparece episódicamente en momentos de la película, funciona como una bisagra y que permite a Salvador se reencuentre con lo que creía perdido en el pasado, y que permite ubicarlo nuevamente en la realidad de su naturaleza.

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