Hasta hace unos pocos años el nombre Tom Hiddleston era muy poco conocido para el gran público. Todo cambió para él cuando se puso en la peil del villano Loki en la saga The Avengers y desde entonces ha ganado un gran número de seguidores que están pendientes de cada nuevo paso en su carrera.
Pues bien, el nuevo paso en la carrera de Hiddleston es nada menos que protagonizando la nueva película de Guillermo del Toro, La Cumbre Escarlata, donde encarna al misterioso protagonista Thomas Sharpe, papel sobre el que pudimos hablar en nuestro encuentro en exclusiva desde New York.
No es usual ver una película como esta, una película de terror clásica. ¿Por qué aceptaste participar en La Cumbre Escarlata?
Quería participar en La Cumbre Escarlata por dos razones: la primera razón fue porque quería trabajar con Guillermo del Toro, a quien considero extremadamente talentoso y realmente admiro su visión artística que es muy singular. La segunda razón fue porque el guion era sensacional, realmente espectacular. Buenos personajes, una historia hermosa con emociones intensas, sinceridad y me sentí muy raro en un ambiente cinematográfico de sinceridad que es muy peculiar.
Thomas, tu personaje en otro tipo de película podría ser el héroe romántico perfecto. ¿Qué piensas de los niveles románticos y pasionales de la película?
Creo que encaja en las historias de romances góticos de manera muy pura y Guillermo tiene su propia manera de transmitirlo. En los romances góticos siempre hay una hermosa heroína de corazón puro y el hombre de sus sueños. Creo que Guillermo subvierte esas expectativas y juega con ellas. De modo que el hombre de sus sueños no es tan heroico como parecía en primera instancia y la heroína tiene que empezar un viaje para descubrirse a sí misma y encontrar su independencia. Y me encantó eso.
Mia Wasikowska y Jessica Chastain son actrices diferentes. ¿Cuáles fueron las principales diferencias al trabajar con cada una?
Bueno, Jessica tiene… Por cierto ambas, Mia y Jessica, son actrices muy poderosas, realmente mujeres increíblemente fuertes. Fue un placer trabajar con ellas, bueno trabajé con Mia antes en Only lovers left alive. Jessica tiene una disciplina emocional extraordinaria, es capaz de reunir emociones muy, muy profundas desde su interior gracias a una disciplina que para mí es extraordinaria. Ella es capaz de ir a lugares oscuros después de un largo día de trabajo, 40 horas de filmación, es capaz de sacar emociones muy reales, que son muy intensas. Por eso lo encuentro muy admirable. Y Mia es una actriz increíblemente natural, no puede fingir, siempre es genuina cuando está en la pantalla. Todo lo que hace es genuino.
La última, tienes una larga carrera, en la televisión, en el teatro y en las películas, pero Loki fue un gran cambio para ti. ¿Te gustó la fama que te trajo ese personaje o a veces es difícil?
Mira, actuar para mí se trata de curiosidad, se trata de… honestamente lo que más disfruto de actuar es seguir mi instinto, perseguir mi curiosidad, descubrir cosas nuevas y entrar a territorios nuevos y Loki fue absolutamente eso. Es muy distinto a mí y realmente disfruté mucho interpretarlo. Y en cuanto a lo que dices sobre la fama, es inusual y dudo que alguien que la haya experimentado no concuerde conmigo. Es una faceta inusual de mi vida pero intento que mi ego se vaya hacia afuera en lugar de irse hacia dentro como se supone.
¿Y disfrutas tener que interpretar un personaje como Loki más de una vez? Lo digo porque todos asumimos que regresas para las próximas de Marvel…
Me gusta porque no nos parecemos. Muchos actores al hacer drama trabajamos en lo que se llama la ‘escala de las emociones’ y desde ese punto de vista él es gigantesco, más grande que la vida misma si me entiendes la idea, tiene un enorme carisma y magnetismo a pesar de sus malas intenciones. Y no sé si lo volveré a interpretar, asumo que sí porque lo dejamos en el trono de Asgard y hasta yo quiero saber qué pasa pero nadie me ha dicho si volveré, eso espero.
Te acostumbraste a trabajar con efectos especiales y pantallas verde, sin embargo en La Cumbre Escarlata todo estaba presente en el set ¿Es más fácil actuar en esas circunstancias?
Es el set más hermoso en el que he actuado. Todo estuvo hecho a escala real y estaba presente. Fue como entrar al armario de Narnia e ingresar a un mundo distinto. La casa es un personaje y me encantó tener la posibilidad de actuar en estas circunstancias.
Tu personaje, Thomas Sharpe, es sumamente complejo y con grandes conflictos con su pasado. ¿Cuán difícil fue trasladar eso a tu interpretación sin hacerlo parecer como el villano de la historia?
He interpretado villanos antes y sentí desde el guion que Thomas era diferente, y me gustó que así lo fuera. Él vive atrapado por su pasado, su culpa, su vergüenza y se siente responsable por cosas que hizo. Thomas ve el futuro como una oportunidad para ser un mejor hombre y eso es lo que significa Edith para él, la esperanza de ser el hombre que siempre quiso ser.
Lo atractivo de Thomas como personaje es cómo de pronto debe dividirse entre dos afectos…
Es cierto, él ama a Edith, lo hace aunque no le revele todo lo que oculta, pero es precisamente porque se siente responsable por Lucille y quizá por eso se deja manipular por ella.
Hemos oído de Guillermo (Del Toro), Mia (Wasikowska) y la propia Jessica Chastain lo difícil que fue la filmación para ella por lo duro de su personaje. ¿Ustedes intentaron hacer algo para que se sienta más relajada?
La sinceridad de la película demandó de todos un gran compromiso. Jessica es una gran actriz y en su caso eso tiene un precio a pagar. Para explicarlo, a pesar que para un actor o actriz el estímulo pueda estar en un guion o son imaginarios, las respuestas emocionales y físicas son reales. Si te comprometes como ella a sentir desesperación, miedo, pena y lloras, sientes el peso de esos sentimientos. Tuvimos que crear momentos ligeros en la filmación para relajarnos. Por ejemplo con Guillermo, que tiene voz de barítono, cantábamos una versión propia de ‘You are my sunshine’ y todo el equipo de filmación se nos unía, con eso logramos bajar la energía.