Ninguna película con algún tinte romántica tiene oportunidad de convertirse en un éxito si no nos ponemos del lado de alguno de sus protagonistas. Y como suele pasar en la vida misma, al final son ellas quienes toman el toro por las astas y deciden con quien quedarse y el rumbo de sus vidas.
Así como en caso de los actores, también existen actrices con las que es más fácil identificarse, y a quienes siempre queremos ver como ese personaje que nos representa en la pantalla grande. Sus nombres son para muchos sinónimo de romance y algunos finales felices:
Jennifer López
Hay dos cosas que distinguen su carrera: sus hits musicales y las películas románticas. Su primer acercamiento al género se dio al lado de George Clooney en Un romance peligroso (1998), pero su primera comedia romántica sería Experta en bodas (2001) con Matthew McConaughey.
Luego vendría una lista larguísimo, con altos y bajos como Sueño de amor (2002) con Ralph Fiennes de pareja, Gigli (2003) que llegó en paralelo a su real romance con Ben Affleck y con quien también hizo Jersey girl (2004), el mismo año en que junto a Richard Gere hizo ¿Bailamos? (2004). Tras un ‘descanso’ retomaría con Plan B (2010) y Qué esperar cuando estás esperando (2011). Habrá que esperar a 2022 para verla nuevamente en este género que domina con Marry Me al lado de Maluma y Owen Wilson.
Reese Witherspoon
Sorprende que le tomara tantas películas para llegar a un género para el que nació pintada. Esto recién se dio con No me olvides (2002), ganando luego el Oscar por su intensa relación con Joaquin Phoenix en Johnny y June, pasión y locura (2005), a la que se le sumó ahí nomás Como si fuera cierto (2005) junto a Mark Ruffalo.
Navidad sin los suegros (2008) tuvo un enfoque mucho más familiar, aunque la carga dramática llegaría con Agua para elefantes (2011) al lado de Robert Pattinson, convirtiéndose posteriormente en la culpable del duelo entre Chris Pine y Tom Hardy en ¡Esto es guerra! (2012).
Keira Knightley
Ya había hecho otras cosas antes, pero empezó a llamar la atención por el romance futbolístico Jugando con el destino (2002), siendo su siguiente incursión en la comedia romántica en el ya clásico Realmente amor (2003), aunque su consagración en el género se daría gracias a Orgullo y prejuicio (2005) de Jon Wright.
Repetiría con el mismo director en otro título con el que es fácil vincularla como es Expiación, deseo y pecado (2007), siguiéndole un triángulo amoroso futurista con Carey Mulligan y Andrew Garfield en Nunca me abandones (2010). Volvería a trabajar bajo las órdenes de Wright en la adaptación de Anna Karenina (2012), para después unir sus destinos en plena catástrofe con Steve Carrell en Buscando un amigo para el fin del mundo (2012), a la que siguió la musical Begin again (2014) con Mark Ruffalo.
Rachel McAdams
No tenía muchas películas en total cuando Diario de una pasión (2004) apareció en su camino para proponerla como heroína romántica, haciendo casi pegadito del interés de Owen Wilson en Los rompe bodas (2005). Lo confirmó con Te amaré por siempre (2009) donde los viajes en el tiempo empezarían a aparecer en su vida.
Luego se casaría con Channing Tatum y perdería la memoria en Votos de amor (2012), para que luego reaparezcan los viajes entre pasado y futuro en Cuestión de tiempo (2013), uno de sus títulos más celebrados.
Renée Zellweger
El antes y después en su carrera fue una comedia romántica, Jerry Maguire (1996), y ese fue apenas el inicio. A eso le siguió El soltero (1999), y la disputada Irene, yo y mi otro yo (2000) con Jim Carrey. Es ahí donde llegaría el papel por el que muchos la van a relacionar por siempre, Bridget Jones, a quien interpretó en tres filmes (2001, 2004, 2016).
Siguió incursionando en la comedia romántica con la musical Abajo el amor (2002), para luego ser el soporte de Russell Crowe en la dramática El luchador (2005). Algunos años después sería quien provoca los desencuentros entre George Clooney y John Krasinski en Jugando sucio (2008).
Anya Taylor-Joy
Puede que lo suyo desde joven -lo sigue siendo- sea más sencillo relacionarlo con el terror, ciencia ficción y producciones independientes, también sabe eso de enamorarse o hacer que otros se enamoren en la pantalla grande.
Muy pocos quizá recuerden que hizo del juvenil interés romántico de un universitario Barack Obama en Barry (2016), y más recientemente dio vida al personaje del título en Emma (2020), como la casamentera que de pronto termina enamorándose en la nueva adaptación del clásico de Jane Austen. Próximamente la veremos viajando en el tiempo a los 60 en Last night in Soho (2021).
Dakota Johnson
Siendo hija de Melanie Griffith, las películas románticas las lleva en la sangres. Antes de saltar a la fama, hizo la pequeña comedia de relaciones Date and switch (2014), tras lo cual conoció el estrellato con Cincuenta sombras de Grey y sus respectivas secuelas (2015, 2017, 2018).
Todo no quedó allí pues volvió a la comedia con Cómo ser soltera (2016), donde hace de una joven tratando de superar una ruptura. Más recientemente insistió con la comedia en Música, glamour y fama (2020) como una aspirante a productora musical que acaba enamorándose de un incipiente artista.
Emilia Clarke
Para muchos de sus fanáticos, haga lo que haga, ella siempre será Khaleesi en Game of thrones (2011-2019), personaje que supo de varios intereses románticos y prácticos a lo largo de su existencia.
Su popularidad la llevó al cine y donde mejor le ha ido es precisamente en la comedia romántica, primero con Yo antes de ti (2016), y hace no tanto tiempo en Last Christmas (2019) donde encarnó a una mujer que tras varios golpes en su vida parece abrirse a la posibilidad de volver a amar.